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Por Ramón Marrades. Director de Placemaking Europe

En el mundo de la planificación urbana, las formas habituales en que se construyen las ciudades a menudo no logran ofrecer los espacios vibrantes y centrados en las personas que nuestras comunidades merecen. El placemaking, un enfoque holístico que fomenta la transformación colaborativa de los espacios públicos, se presenta como una alternativa potente a estas metodologías convencionales. Al embarcarnos en este viaje de remodelar nuestras ciudades, debemos reconocer que aplicar el enfoque del placemaking requiere un cambio fundamental en nuestros modos de proceder.

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Sesión de trabajo de Cities in Placemaking – Bergen, Junio 2023 (Foto: María Visuals)

En Placemaking Europe, estamos colaborando con municipios europeos líderes, como Bergen (Noruega), Bradford (Inglaterra), Budapest (Hungría), Cork (Irlanda), Helsingborg (Suecia), Helsinki (Finlandia), Reggio Emilia (Italia), Rotterdam (Países Bajos), La Haya (Países Bajos), Trenčín (Eslovaquia), Vila Nova de Famalicão (Portugal), Vinnyitsia (Ucrania) y Wroclaw (Polonia). Juntos, estamos trabajando para crear una hoja de ruta para implementar el placemaking como un enfoque integral de políticas urbanas. Nuestro objetivo es capacitar a las ciudades con las herramientas para impulsar un cambio sistémico duradero y transformador. Este proyecto en curso, que comenzó en enero de 2023 y concluirá a fines de 2024 con un compromiso compartido para seguir la hoja de ruta diseñada conjuntamente, ya nos ha permitido destilar un conjunto básico de diez ideas fundamentales. Estas ideas son críticas al integrar un enfoque de placemaking en el centro de los proyectos y políticas municipales. Son las siguientes:

1. De lo Táctico a lo Estratégico: el placemaking desafía la progresión lineal. Es un proceso dinámico e iterativo que requiere ajustes continuos basados en retroalimentación en tiempo real. Debemos ver nuestras estrategias no como planos rígidos, sino como marcos evolutivos que se adaptan al pulso de la comunidad.
2. Las 3D – Datos, Demandas y Deseos: para comprender la ciudad y el territorio, el placemaking ofrece la oportunidad de entrelazar tres dimensiones igualmente vitales de información: datos, que objetivizan nuestras decisiones; demandas, que articulan las necesidades prácticas de las personas; y deseos, que encapsulan sus aspiraciones. Al integrar estos elementos, creamos espacios que no solo son utilitarios, sino también emocionalmente resonantes.
3. ¿Para Quién es la Ciudad?: en medio de la transformación, debemos preguntarnos continuamente: «¿Quién falta aquí?» y «¿Para quién estamos haciendo esta ciudad?» La inclusión es la piedra angular del placemaking, asegurando que ninguna voz quede sin ser escuchada y ninguna comunidad quede atrás.

Sesión de trabajo de Cities in Placemaking – Bergen, Junio 2023 (Foto: María Visuals

4. Hacer Visible el Cambio: el camino para obtener apoyo e impulso se ilumina al mostrar los cambios positivos inmediatos provocados por los esfuerzos de placemaking. Al hacer estas transformaciones tangibles, cultivamos un sentido de pertenencia entre la comunidad, fortaleciendo y entusiasmando a más personas para que se involucren.
5. Unirnos a Alianzas Más Amplias: el placemaking no espera ser la única solución posible, no está confinado a un solo sector o motivo. Surge en respuesta a diversos factores, ya sean políticos, sociales, ambientales o impulsados por la adaptación climática. Al formar alianzas con organizaciones o movimientos afines, como la New European Bauhaus o los defensores del concepto de la ciudad de 15 minutos, debemos conectarnos con grupos que se preocupan por las mismas cosas. No estamos solos en este viaje.
6. Crear las Condiciones para que Sucedan Cosas Buenas: como administradores de políticas, tenemos el poder de dar forma al entorno en el que las iniciativas lideradas por ciudadanos y lugares prosperan. Al crear un ecosistema que nutra estas iniciativas, allanamos el camino para que los espacios urbanos sean tanto vibrantes como sostenibles.
7. Infiltrar sus Organizaciones, Innovar desde Adentro: el cambio surge cuando buscamos activamente oportunidades para infundir ideas innovadoras dentro de nuestras organizaciones. Este enfoque proactivo rompe el status quo e inyecta nuevas perspectivas en el proceso de placemaking. No solo en los niveles superiores, sino en cada capa de las organizaciones. Se trata de aprovechar la capacidad innovadora y el conocimiento de todas las trabajadoras. Y no dejar todo lo interesante a las consultoras que no estarán presentes en la implementación.

10 ideas para el Placemaking Sistémico

8. Reconciliar Centralidad y Proximidad: buscamos imprimir vida diaria en las zonas centrales y dotar de centralidad a las periféricas. Una adecuada entre las áreas centrales de la ciudad que son convenientes para la vida diaria y los espacios de vecindario que tienen todo lo que los ciudadanos necesitan a poca distancia es crucial. Este equilibrio no solo da forma al paisaje físico, sino que también fomenta entornos urbanos equitativos y habitables.
9. Una Estrategia de Participación es una Estrategia de Desarrollo: el placemaking está inherentemente entrelazado con la participación. Priorizar la participación en nuestras estrategias de desarrollo asegura que los resultados estén sintonizados con las necesidades y deseos reales de la comunidad, produciendo resultados económicamente más solidos en el largo plazo. Debemos aprovechar el deseo casi universal de invertir (con nuestro tiempo, esfuerzo o capital), en los espacios que habitamos
10. Primero los Locales. Los Visitantes e Inversores Vendrán Después: Priorizar las necesidades de los residentes locales se presenta como una estrategia fundamental, sirviendo como base para crear espacios urbanos que naturalmente atraen a los visitantes. Este enfoque centrado en lo local teje un tapiz de interacciones significativas, desde cafeterías en la esquina hasta jardines comunitarios, que colectivamente crean la esencia del lugar. Curiosamente, este enfoque genuino tiene un encanto magnético para los de fuera, que son atraídos por la autenticidad de una ciudad valorada por sus habitantes. Como resultado, al cultivar espacios que resuenen con las necesidades y aspiraciones de los locales, las ciudades evolucionan sin esfuerzo en destinos que cautivan tanto a residentes como la curiosidad de los visitantes.

En conclusión, estos diez principios ofrecen una guía para navegar por las complejidades de la transformación urbana a través de los ojos del placemaking.

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Ciudades Hexagonales es un programa impulsado por CIDEU, diseñado y coordinado por Hexagonal LAB, financiado por la Unión Europea, con el apoyo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el Ayuntamiento de Barcelona.