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La teoría de la fuerza de los vínculos débiles
mayo 6, 2025
Publicado por innovacionhexagonal@gmail.com en mayo 9, 2025
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Cuando las ciudades innovan en movimiento

 

 

¿Cómo desde la Aceleradora de Ciudades Hexagonales con CIDEU impulsamos la exploración de soluciones a proyectos urbanos a través de la acción y el aprendizaje iterativo?

Las ciudades están en constante evolución. Gestionar proyectos urbanos para implementar mejoras implica tomar decisiones en entornos de alta complejidad, con múltiples actores y variables en juego. Y si bien, existen muchas formas de abordar este desafío, nos hemos decidido por un enfoque que prioriza la acción y el aprendizaje iterativo.

¿Por qué? La respuesta es sencilla: en contextos de alta incertidumbre y problemas que requieren respuestas rápidas, moverse de manera ágil se convierte en una gran ventaja. No solo permite ajustar estrategias con rapidez, sino que también optimiza el uso de los recursos disponibles. Tiempo, dinero y equipo son limitados en cualquier iniciativa, por lo que es fundamental emplearlos de manera eficiente, enfocándolos en acciones concretas que generen el mayor impacto posible.

Con esta premisa, y en el marco del Programa Ciudades Hexagonales, nació la Aceleradora de Ciudades Hexagonales, impulsada por CIDEU. Esta iniciativa fue diseñada para que seis ciudades —Guadalajara, Guatemala, Cali, Bogotá, Montevideo y La Habana— seleccionadas tras un proceso en el que participaron 42 ciudades, pudieran desarrollar proyectos urbanos a través de ciclos cortos de aprendizaje, experimentación y mejora continua.

Aquí, hacer y aprender van de la mano. En cada iteración, los equipos diseñaron soluciones, pero también las probaron en escenarios reales, ajustándolas a medida que detectaban aprendizajes. La validación en el territorio se convirtió en un insumo clave para la toma de decisiones, permitiendo a cada equipo redefinir su camino con información tangible en lugar de confiar solamente en hipótesis. En este proceso, la planificación dejó de ser un ejercicio teórico y pasó a convertirse en un recurso vivo, flexible y en constante evolución, alineado con las necesidades del entorno, pero también con las dinámicas internas de cada equipo.

 

¿Cómo funcionó la Aceleradora de Ciudades Hexagonales?

Ciclos cortos de trabajo
Para acompañar a las ciudades en sus desafíos urbanos, la Aceleradora se estructuró en ciclos cortos de trabajo. En lugar de seguir una planificación lineal, cada equipo trabajó en sprints, lo que les permitió diseñar, probar y ajustar su proyecto sin necesidad de esperar largos procesos de validación.

Trabajo de equipo ágil
Pero más allá del avance técnico de cada proyecto, el proceso también estuvo marcado por el desarrollo de los equipos de trabajo. Para muchas de las personas que participaron, esta fue la primera vez colaborando juntas. Por ello, se diseñaron dinámicas específicas para fortalecer la cohesión, la comunicación y la coordinación interna, asegurando que el equipo se consolidara a medida que el proyecto avanzaba.

Banco de problemas y soluciones
Uno de los pilares clave de la Aceleradora de Ciudades Hexagonales fue el Banco de Problemas y Soluciones, un espacio de aprendizaje colaborativo diseñado para ampliar la capacidad de respuesta de las ciudades ante sus desafíos urbanos.

El proceso comenzó con cada ciudad identificando un problema o desafío clave dentro de su contexto. Estos retos fueron sistematizados y publicados en una convocatoria abierta en la web y redes de Hexagonal, permitiendo que personas expertas en distintas áreas se postularan como madrinas o padrinos de cada problema. A través de sesiones de mentoría, estos especialistas brindaron orientación, compartieron experiencias y ayudaron a los equipos a afinar sus estrategias y pilotos.

Ciudades espejo
Además, cada equipo tuvo la oportunidad de conectar con ciudades espejo, es decir, otras ciudades que ya habían enfrentado retos similares y podían ofrecer aprendizajes prácticos sobre cómo abordarlos. Estas conexiones permitieron que los equipos se inspiraran en casos reales, identificaran oportunidades y evitaran errores comunes al momento de diseñar sus soluciones.

Una metodología para hacer que las cosas sucedan
Esta nueva metodología que Hexagonal ha desplegado para CIDEU es la combinación perfecta del laboratorio de co-creación. Si los laboratorios son entornos propicios para generación de ideas y prototipos, su punto débil es siempre el grado de desarrollo y continuidad de las propuestas. Tras muchos años de experiencia prototipando iniciativas, hemos llegado a la conclusión de que había que crear una metodología que mantuviera la llama prendida en los laboratorios. Esta herramienta es la Aceleradora y, tras probarla en varios proyectos previos, hemos conseguido llevarla a un nivel mucho más productivo y eficaz con Ciudades Hexagonales. 

 

Cuatro principios clave guiaron el proceso

Ciclos cortos de trabajo: en lugar de diseñar un plan de acción extenso, cada ciudad avanzó en pequeños pasos medibles, lo que permitió corregir errores temprano y mantener el foco en lo que realmente agregaba valor.

Aprendizaje ágil y colectivo: cada equipo generó ideas y las puso a prueba de inmediato. El conocimiento se construyó de manera colaborativa, integrando distintos puntos de vista y aprovechando la inteligencia colectiva para ajustar las estrategias en tiempo real.

Las personas antes que las herramientas: si bien se incorporaron técnicas y metodologías ágiles, lo más importante fue que cada equipo definiera y probara su propia manera de gestionarse, encontrando la dinámica que mejor funcionara en su contexto.

Experimentación continua: el objetivo no era solamente definir un proyecto, sino prototiparlo y aprender de su implementación en tiempo real. La validación en el territorio permitió que las decisiones se basaran en datos y experiencias concretas, no en hipótesis.

Este enfoque permitió que, en pocas semanas, cada equipo desarrollará una solución mejor estructurada, y también que contara con una experiencia real de trabajo colaborativo. Se trató de aprender haciendo, de confiar en el proceso y de construir en conjunto soluciones viables, factibles y deseables para sus ciudades.

 

De los planes a la acción: los retos de cada ciudad

Cada equipo llegó con un reto inicial y una hipótesis sobre cómo abordarlo para mejorar su ciudad. Pero en la aceleradora, los retos no se quedaron en teoría: se convirtieron en pilotos concretos que los equipos pusieron a prueba en su territorio.

  • Guadalajara: Inició con el reto de impulsar la vinculación entre actores no gubernamentales para dar seguimiento a las acciones climáticas que realizan en el Área Metropolitana de Guadalajara, México.
  • La Habana: Inició con el reto de crear un espacio de innovación abierta en el Centro Histórico.
  • Montevideo: Inició con el reto de desarrollar un Atlas Interseccional de Desigualdades, una herramienta para visualizar datos espaciales para la toma de decisiones.
  • Bogotá: Inició con el reto de impulsar la reutilización de edificaciones industriales y explorar las resistencias de las empresas logísticas ante nuevas regulaciones.
  • Cali: Inició con el reto de desarrollar modelos de gestión comunitaria para la regeneración de espacios urbanos.
  • Guatemala: Inició con el reto de explorar la posibilidad de ampliar la red de ciclovías como una estrategia de movilidad urbana sostenible.

 

Hablamos mucho de experimentación: pero, ¿qué significa realmente trabajar con agilidad?

El enfoque ágil tiene sus raíces en el desarrollo de software. En 2001, un grupo de expertos creó el Manifiesto Ágil, que estableció cuatro valores fundamentales para mejorar la forma en que se construían productos digitales. Uno de estos principios clave es:

«Software funcionando sobre documentación excesiva».

Este principio enfatiza que, en lugar de dedicar meses a documentar cada posible escenario antes de escribir una sola línea de código, es más valioso desarrollar un producto funcional lo antes posible, probarlo y aprender de su uso en el mundo real. La iteración y el ajuste continuo permiten crear soluciones más efectivas que los largos periodos de planificación estática.

En la aceleradora, aplicamos esta idea al trabajo con ciudades:

«Proyectos funcionando y generando valor sobre documentación excesiva».

Esto no significa que la documentación no sea importante, sino que entendimos que la acción es lo que genera los aprendizajes más valiosos. En lugar de esperar a tener un diagnóstico completamente detallado o un plan cerrado antes de actuar, los equipos sumaron a sus investigaciones experimentos en el territorio, validando sus hipótesis en tiempo real.

Para que este enfoque funcionara, cada equipo trabajó con preguntas clave como:

  • ¿Qué podemos aprender en las próximas semanas sobre nuestro reto?
  • ¿Cómo podemos validar si nuestra idea realmente funciona en el mundo real?
  • ¿Cómo podemos hacer un primer piloto con pocos recursos?

La clave estuvo en diseñar pilotos que permitieran probar ideas con el menor costo posible, reducir la incertidumbre y ajustar estrategias basadas en datos reales, no solamente en hipótesis. En este proceso, la planificación dejó de ser un fin en sí mismo y se convirtió en una herramienta flexible, viva y en constante evolución, siempre al servicio de la acción.

 

Conclusión

Los aprendizajes han sido integrales. Por un lado, los equipos se encuentran en proceso de validar sus propuestas de solución, ajustándolas en función de la evidencia y evitando así grandes pérdidas de recursos como tiempo y dinero. Muchos han identificado mejoras a tiempo y han podido redirigir sus esfuerzos con rapidez y precisión.

Por otro lado, la experimentación no se limitó al producto, es decir al contenido de los proyectos, sino que también toca la forma en la que los participantes de los diferentes equipos trabajaron entre sí. Durante la aceleradora, probaron y ajustaron en tiempo real sus modelos de gestión interna, definiendo roles, organizando sus tareas de manera más eficiente, explorando nuevas metodologías de trabajo colaborativo y experimentando con plataformas digitales para la coordinación y el seguimiento de avances.

Pero quizás el aprendizaje más valioso ha sido la capacidad de adaptar su entorno de trabajo a sus propias necesidades. Con una mirada abierta y flexible, cada equipo fue encontrando, sin rigidez y con mucha amabilidad hacia su propio proceso, qué herramientas, dinámicas y estructuras funcionaban mejor para su realidad específica y cuáles necesitaban ajustar o descartar.

Y más allá de las herramientas y metodologías aplicadas, lo que realmente se llevan es un cambio en la mentalidad de trabajo. En este proceso, los equipos han desarrollado un mindset ágil, una forma de pensar y actuar que prioriza la adaptación, el aprendizaje continuo y la experimentación como estrategias clave para enfrentar la complejidad. Han aprendido que no se trata de seguir una receta, sino de construir su propio camino a partir de la observación, el ajuste y la mejora continua.

 

 


Este es el primer post de una serie en la que vamos a documentar la Aceleradora de Ciudades Hexagonales, la última fase del programa Ciudades Hexagonales, impulsado por CIDEU. Esta actividad se realiza en el marco del proyecto “El Centro Histórico de La Habana hacia un modelo de ciudad inteligente con énfasis en el fomento de la economía creativa”, implementado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y CIDEU, con financiación de la Unión Europea y del Ayuntamiento de Barcelona.

Este programa ha contado con cuatro fases, diseñadas por Hexagonal, capacitando primero a 42 ciudades en un curso online de innovación urbana, seleccionando y prototipando seis proyectos innovadores junto a cuarenta profesionales de la planificación estratégica urbana en un laboratorio de una semana en La Habana. Tras la elaboración de los prototipos, estos proyectos se han pilotado en entornos reales durante la Aceleradora. Además, durante el programa ha realizado un taller en el World Urban Forum 12 de UN – Habitat que se celebró en el Cairo, y socializó toda la estrategia y los proyectos con profesionales e instituciones de todo el mundo. 

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