Manifiesto hexagonal
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Lo que diferencia la innovación social del resto de innovaciones es el propósito de crear comunidad, generando vínculos que refuerzan la cohesión social, aportando identidad y sentimiento de pertenencia al grupo.
La necesidad de sentirse parte de algo es algo radicalmente humano. Y, además, se va ir convirtiendo en nuestra principal ventaja competitiva respecto a los algoritmos. En este post, inspirado en el trabajo de la Stanford Design School de Susie Wise, sintetizamos los 9 puntos que nos permiten crear belonging y, por tanto, comunidad.
- La invitación
La invitación es la forma en la que una comunidad (organización, proyecto, servicio…) comunica que está abierta a nuevos miembros (participantes, usuarios, clientes…) Puede ser un folleto, una web, un cartel, un email…y es mucho más importante de lo parece.
¿Tu organización hace invitaciones para crecer? Y si las tiene, ¿se explica claramente cómo se accede a esa comunidad? ¿Estimula el deseo de hacerlo? ¿Explica las ventajas o valores que aporta?
- Entrando
Entrar por primera vez en una comunidad es un hito importante, una experiencia que produce nervios, emoción e incertidumbre. Sentirse un extraño que llega a un lugar nuevo es una sensación que todos hemos experimentado.
¿Recuerdas cuando entraste en un curso ya empezado por primera vez? ¿O cuando lo hiciste en ese edificio que te impactó tanto?…
Diseñar las entradas, sean físicas o digitales, es fundamental en innovación.
- Participando
La participación es la columna vertebral de una comunidad, su razón de ser. El rol de un miembro de una comunidad es, justamente, ese, el de participar. Tomar parte en una asamblea, ejercer algún rol de gestión o voluntariado, acudir a un evento o encuentro, decidir el futuro de la comunidad…
Diseñar mecanismos de participación que estimulen la implicación a todos los niveles de los miembros de la comunidad es, seguramente, la actividad más medular de una organización.
- Decodificando
Una comunidad es, esencialmente, comunicación entre sus miembros. Una red de conexiones, afectos, voluntades, expectativas y, también, lenguajes. Para que exista comunidad tiene que haber un entendimiento mutuo.
De hecho, muchas comunidades desarrollan sus propias jergas, palabras…El problema es que los nuevos miembros muchas veces no entienden esa jerga y se sienten excluidos (sufren el othering, como dicen los anglosajones). Es clave saber decodificar lenguajes, traducir nuestras jergas y hablar el mismo “idioma”, para conectar con los otros, los jóvenes, los mayores o los recién llegados, por ejemplo.
- Contribuyendo
Lo que más une a la comunidad es poder contribuir de algún modo a ella. Más que ningún título, carné o símbolo de adhesión, lo que más sentimiento de pertenencia proporciona es la sensación de que estás aportando tu granito de arena. Ayudar a pensar, diseñar, construir, o levantar un proyecto une mucho a los grupos humanos.
Por eso, la participación no es suficiente, el elemento diferencial de los proyectos realmente innovadores, socialmente hablando, es cómo son capaces de canalizar la energía de las personas en la resolución de los retos de la propia comunidad.
- Fluyendo
En su punto álgido, cuando las cosas funcionan bien, los miembros están integrados, existe un lenguaje y un destino compartido, la comunidad alcanza cierto grado de sincronización en el que cada una de sus partes encajan y fluyen de forma armoniosa.
Es como una coreografía o sinfonía en la que las partes se ensamblan con naturalidad, generando un todo que es superior a la suma de las partes. Este es el objetivo de toda comunidad. Lo difícil es mantenerlo en el tiempo.
- Reparando
En todas las comunidades surgen problemas, malentendidos, conflictos, roces… Es consustancial al género humano. Lo que distingue a unas comunidades de otras es su capacidad de reparar esos problemas.
La ética de los cuidados caracteriza a las comunidades más resilientes. Hacer del conflicto una oportunidad de aprendizaje es también una forma interesante de innovar socialmente.
- Disintiendo
Una comunidad en la que todos piensan igual y no existe margen para el disenso no es una comunidad, es una secta. Habilitar espacios para el debate, la contradicción, la duda y el pensamiento crítico resulta clave en el éxito de una comunidad a largo plazo.
Sin ello la comunidad no tendrá mucho recorrido. Lo que ha hecho avanzar y progresar a los grupos humanos es su capacidad de repensarse y adaptarse a los cambios. Muchas veces, alguien debe ejercer este rol de señalar las contradicciones y flaquezas de la comunidad, para poder superarlas.
- Saliendo
Nada es eterno. Las comunidades tampoco. Es razonable que una comunidad tenga entrada y salidas de miembros. Una comunidad debe también diseñar la salida para que sea una experiencia satisfactoria, un rito de paso positivo.
En algunas ocasiones es más fácil que en otras, como las fiestas de jubilación por ejemplo, pero incluso las salidas que se producen por conflicto, deberían estar diseñadas como una fase natural del proceso comunitario.
El diseño es clave
Si estás diseñando un nuevo proyecto de impacto, un programa de cultura corporativa, un proceso de cambio organizacional, un laboratorio de innovación, una red de aprendizaje, una comunidad de práctica…o cualquier iniciativa que dependa fuertemente de relaciones humanas, el diseño de pertenencia es clave.
En Hexagonal somos especialistas. No por casualidad, 3 de nuestros 6 vectores son Abrir (Comunicar y participar), Mezclar (Integrar) y Colaborar (Contribuir y Co-crear).
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Crédito imagen: Businessman leader leading a large group of people. Low poly style. Society and business world. Conceptual 3D illustration