
La brecha entre la planificación y la acción: cuando las ideas se ponen a prueba
mayo 22, 2025Ciudades Hexagonales II: una comunidad de práctica para la innovación urbana
Llega al final la segunda edición del curso Ciudades Hexagonales: cómo transformar tu ciudad en un ecosistema de innovación pública y urbana, y lo hacemos con una mezcla de orgullo, esperanza y profunda gratitud.
Durante ocho semanas, más de 30 profesionales de ciudades de toda Iberoamérica participaron en un proceso riguroso, creativo y profundamente comprometido con el presente y el futuro de sus territorios. La formación fue altamente valorada por las y los participantes, alcanzando un NPS del 100 %.
“El curso me ha ayudado a acotar un problema que ya tenía identificado, pero que al ser tan abarcador no había forma de enfrentar. El PMV que propuse puede convertirse en una de las acciones a incorporar en los distintos instrumentos de planeamiento que desarrollamos en la Oficina del Historiador, lo que permitiría su implementación y testeo en mi ciudad. ”
“Ahora veo que la innovación no depende solo de grandes recursos, sino de habilitar procesos participativos, experimentar con prototipos urbanos y reconectar a la gente con su ciudad desde el cuidado, la memoria y la identidad. Este enfoque ya está nutriendo mi práctica institucional diaria.”
“La metodología hexagonal me permitió entender una nueva forma de abordar los proyectos de intervención del espacio público. Creo que visualizo mejor una conjunto de fases y enfoques, así como una ruta para desplegarlos.
“Ha sido, sin duda, una de las formaciones más enriquecedoras e inspiradoras que he tenido hasta ahora. Además, superó con creces mis expectativas, ya que buscaba adquirir conocimientos que me permitieran desarrollarme como una profesional en el ámbito de la innovación: coherente, crítica y capaz de aportar un valor insustituible en un mundo donde la IA cobra cada vez más protagonismo.”
Diagnósticos precisos, retos urgentes
Los proyectos finales surgieron de realidades diversas, desde el caos vial de Caracas hasta los asentamientos informales de Guadalajara, pasando por los centros históricos de La Habana, Barcelona, Riobamba o São Paulo, pero todos comparten una misma raíz: el deseo de hacer ciudad con justicia, equidad y participación.
Los diagnósticos fueron certeros y valientes: gentrificación, inseguridad, segregación urbana, vivienda vacía, residuos mal gestionados, déficit de áreas verdes o barreras para la participación ciudadana. Pero también emergieron oportunidades: recuperación del espacio público, reconocimiento del cuidado, nuevas formas de gobernar desde la colaboración.

Proyectos con propósito
Cada entrega final fue mucho más que un ejercicio académico. Fueron propuestas reales, elaboradas con compromiso técnico, sensibilidad social y visión de futuro. Entre ellas encontramos:
- Estrategias de educación vial para transformar la convivencia urbana.
- Cartografías del cuidado que hacen visible lo invisible desde una mirada feminista.
- Bancos de suelo para vivienda asequible y regulación del mercado de rentas.
- Laboratorios ciudadanos, presupuestos participativos estratégicos y plataformas de innovación abierta.
- Intervenciones en barrios patrimoniales para hacerlos espacios vivos, no museos.
- Revitalización de centros históricos con enfoque inclusivo y ambiental.
- Rehabilitación del parque habitacional desde la proximidad y la equidad energética.
Estas ideas cruzan urbanismo, políticas públicas, innovación institucional, sostenibilidad, cultura y derecho a la ciudad.
Seis vectores para la innovación urbana
El curso se basó en el modelo de innovación hexagonal, que propone repensar nuestras ciudades como ecosistemas naturales de innovación. Los seis vectores no conforman un modelo cerrado, sino un marco de innovación que articula seis formas complementarias y virtuosas de unir ideas, personas, equipos, organizaciones y territorios:
- OPEN – Abrir: comunicar, escuchar y compartir.
- TRANS – Mezclar: celebrar la diversidad y romper los silos.
- CO – Colaborar: poner lo colectivo y lo común en el centro.
- AGIL – Activar: pensar en la proximidad, los tiempos y la densidad.
- PROTO – Experimentar: diseñar con prototipos, iterar y aprender haciendo.
- TEC – Digitalizar: hacer de la tecnología una herramienta al servicio de las personas.
Cada uno de estos vectores dio pie a una unidad formativa y a decenas de reflexiones, ejercicios, propuestas y debates. Las ciudades no son hexagonales por geometría, sino por su capacidad de mantener en equilibrio estos seis ejes de transformación.
Aprender con otros: una red que crece
Más allá de las herramientas, lo más valioso fue la capacidad de aprender en red. El curso no solo generó conocimiento técnico, sino también alianzas, afectos y una comunidad de práctica que seguirá activa más allá del calendario.
Las presentaciones finales mostraron no solo el avance de cada proyecto, sino también una evolución en la forma de pensar lo urbano y lo público. Eso, para nosotros, define a una ciudad hexagonal: no una forma perfecta, sino un proceso colectivo de equilibrio, escucha y transformación.
La segunda edición de Ciudades Hexagonales fue promovida por CIDEU y diseñada e impartida por el equipo de Hexagonal, a quienes se confió la conducción pedagógica del proceso.
A Rosa Arlene María, directora de CIDEU, expresamos nuestro agradecimiento por la confianza depositada en este enfoque.
A todas las personas que participaron: gracias por imaginar ciudades mejores con nosotros.